lunes, 4 de abril de 2011

La sombra de Noel es alargada

El estreno de los Oasis sin Noel Gallagher (Beady Eye) es como una pizza, da igual si va a estar buena o no, te la vas a comer igual. Y a esta en concreto (Different Gear, Still Speeding) le he echado de menos algunos ingredientes y un poco más de cocción.

Y es que las prisas por ganarle la carrera a su hermano Noel le ha costado a Liam sacar un disco que pinta bien, pero de haberlo madurado un poco más hubiese podido estar a la altura del mejor brit clásico. La fórmula básica la tenía, de ahí a que tampoco sorprenda en demasía, a saber: Beatles + Madchester... y ya está, es decir, Oasis pero con una pizca más de rock y menos estribillos megalómanos (y memorables).

Y es que Liam (cuando digo Liam digo Oasis sin Noel, que son más si, pero al fin y al cabo ya sabemos a que se reduce Oasis...) ha rizado el rizo y ha revindicado más que su hermano el afán beatleriano hasta llegar a sonar más Beatle que los propios Beatles... más que lo que Lennon fue capaz de hacer sonar en su música una vez separado de los Fab Four, que por otra parte ojalá toda parte mala de un disco sea achacable a sonar demasiado beatleriano.



El estigma del disco reside en que Beady Eye no es Beady Eye, no es un grupo de rock (porque no es brit, ni pop, una de las cosas que hay que agradecer a Liam es que ha hecho un auténtico disco de rock de principio a fin, sin coletillas), es la mitad del grupo (con permiso de Blur, y sin él también, que a la hora de hablar de estos la actitud chulesca pondera) más grande de la escena britanica desde los Rolling y los Beatles. Si consigues aislarte de ese ambiente de comparación y olvidar a los omnipresentes de Liverpool, y ya de camino, del siglo en el que vivimos, te encuentras con un disco que gana y gana con las escuchas y que ciertamente, de haberse lanzado en otra época, la bocaza de Liam hubiese tenido razón y podríamos estar ante el disco más grande jamás grabado, pero no, no es 1960.

La canción que abre el disco (Four Letter Word) es perfecta para su misión, crearte espectativas, trasladarte al mundo de Liam, sacarte del de Oasis... Si el resto de canciones hubiese seguido la línea de guitarras de esta canción estaríamos ante la bravuconada perfecta de Liam, la patada perfecta al culo british de su hermano... y eso parecía que iba a pasar porque la sucesión de temazos puro rock 'nd roll que vienen a continuación predecían algo grande. Millionaire hace un uso de las guitarras impecable, sin excesos pero manteniendo un tempo que te hace preguntar que les pasó a los últimos discos de Oasis para que no sonaran así.



The Roller, segundo single, si hubiese potenciado más el sonido que la voz de Liam hubiese sido mucho mejor canción de lo que ya es... el resto del disco pierde brillantez, tiene sus momentos como la llegada del primer single, Bring the Light, una descarada (ya no se puede hablar ni de influencia) copia de Beatles en Standing of the Edge of Noise, que a tiempos le pones de estribillo Get Back y ni te enteras, e incluso en Wigwam, otra de las gratas sorpresas del disco, el final es un Hey Jude revisitado.

En general un disco coherente, agradable de escuchar y que ciertamente (y esta es la razón por lo que se ha sacado) le da mil vueltas al Oasis de los últimos 10 años, pero que podría haber sido mucho mejor. Conocemos el talento de Liam y la base estaba muy bien construida... Nuevamente su bravuconería le ha podido y ha preferido dar el golpe primero antes de sacar un mejor disco, esperemos que su hermano, más ¿comedido? y perfeccionista que él no caiga en el mismo error.

Pdt: Tanta influencia de los Beatles pero al fin y al cabo Liam & Co. han demostrado que la cultura musical british va mucho mas alla de Liverpool y de sus satánicas majestades y se han marcado un cover al final del disco de una canción olvidada del sonido Madchester, Sons of the Stage de los World Of Twist, dándole el esplendor que en su día los genuinos dueños no supieron mantener

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