domingo, 1 de mayo de 2011

La música clásica ya no tiene cabida (en las aulas)

Como buen periolistillo pues de vez en cuando gusta de hacer las entradas-protesta, ese tipo de entradas totalmente vacías de todo contenido útil pero que las dejas puestas por poder llegar algún día a decir... yo ya lo dije en su momento.

Por el título, uno se puede hacer una idea de mi reivindicación... pues no. Es que no es una reivindicación, es una afirmación, ahí, a lo bruto. Igual que afirmé en su día, hablando del chandalismo ilustrado, que no hacía falta hablar de los Beatles como el summun de la música porque varios entendiillos se hayan puesto de acuerdo en tomarlo como afirmación máxima, tampoco creo que actualmente sea necesario que todo estudio musical en las escuelas se base en piezas barrocas de rancio abolengo.

Igual que desde que se adoptó el sistema métrico no se habla de medidas como los galones o ya no se estudia la lista de los reyes godos, el mismo revisionismo se tendría que haber dado con la música.



Claro que ni se debe obviar la existencia de Beethoven, ni adoctrinar a la gente en como crear tendencia a lo Madonna, pero la cantidad de relleno que obviamos que hay en ese sistema educativo llamado ESO, daría para rellenar el tetamen de toda la lista de los 40 principales.

¿Que sentido tiene aprender a tocar torpemente la flauta dulce? ¿O analizar la composición del pentagrama de una canción popular judía? (que no es ironía, que yo lo tuve que hacer... y cantarla marcando los tiempos con el brazo... eso si que es bullying y no lo de ahora). Claro que la educación musical es importante, igual que lo es latín por muy chorra que parezca (que me lo digan a mí cuando, después de tanto despotricar esa asignatura, me enteré que la base de la gramática alemana se sostiene en declinaciones latinas, toma apunte cultureta), pero, o se hace bien o déjalo y dedica esa hora a instruir al alumnado a como abrir litronas con el canto de un banco, que creedme que sería de más utilidad (yo a día de hoy sigo siendo incapaz).

¿Es que no es más útil saber apreciar y comprender algo de nuestra actualidad o de hace unas décadas, a algo que correspondía a la burguesía elitista del siglo XVIII? ¿No resulta de mayor cultura general saber que es el sonido Madchester, que ocurrió en Woodstock o que se cocía en Seattle a principios de los 90?

Esto no es una reflexión sobre una visión utópica mía, que me libren de ser yo el que reformara el sistema educacional que a saber que es peor. Todo esto viene de un artículo de la RollingStone sobre por qué en Suecia no existe o no se ve acuciada la crisis "apocalíptica" de la industria musical, artículo que nuestra querida ministra de cultura debería leer de forma obligada más que cualquier otro informe venido de sus amiguitos de, bueno, ya sabemos de quienes es amiga esta señora y de quienes no.



El artículo en cuestión habla de que esa ausencia de crisis respecto a lo musical viene, a parte de otros factores como el económico o el climático, de la exquisita educación que reciben en esta materia desde bien pequeños, y es que ¿Quien no se aplicaría más en los estudios si el examen final fueras interpretar canciones de Nirvana o en el temario encajara entregas de trabajos sobre heavy metal?

Aquí, más preocupados por recaudar y por crear ganado inculto al que domar o mandar al extranjero en caso de fallo del sistema, costará vernos al nivel de un país en el que vivir de la música no es algo arriesgado ni algo para lo que tengas que llorar y mamar más de la cuenta, y para muestra un botón: Suecia es el tercer país exportador de música, y no de cds precisamente, sino de bandas de tan diversa forma de hacer música como The Knifes, The Caesars, Cardigans, Roxette, Fever Ray, Mando Diao, The Hives, The Sounds, Ace of Base, Robyn, Moneybrother, Soundtrack of Our Lives... todas ellas apoyadas por ayuntamientos y casas de la juventud y no por potentes disqueras chupasangres... y por si todas estas bandas y otras tantas (que haberlas las habrá pero que yo ya sinceramente no conozco) no fuera poco para ver la riqueza con la que tratan a la música en Suecia, sólo terminar con que de allí viene el Spotify.

1 comentario:

  1. uau Txemita!!! vaya estilazooo!!! Yo me quedo con lo de "crear ganado inculto al que domar o mandar al extranjero en caso de fallo del sistema" jajaja Creo que este es el año del fallo del sistema... ¿cuándo sale el próximo avión? :)

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