viernes, 27 de agosto de 2010

Indie Español Vs. Indie Extranjero

Hace un año, escribía sobre la edad de oro del Indie Español en ese despropósito de página que cree junto a Juanjo con la única finalidad de aprobar una asignatura de la carrera y que supuso la semilla de este otro despropósito de página (remember)

Hablaba de aquellos finales de los 90 donde una incipiente escena indie española comenzaba a despuntar con notable éxito de público y crítica, pues bien, se puede hablar en la actualidad de una “segunda edad de oro”

Si la primera (obviando los creativos años ochenta, donde el indie era más cosa de la Movida) destacaba por lo “novedoso” del movimiento, la actual se puede achacar a en parte la omnipresente crisis en el sector musical, que hace que el ritmo de ventas no marque tanto la promoción de una banda y esta dependa más de los circuitos de conciertos, donde en España actualmente, muchos festivales y ayuntamientos optan por contratar a grupos como Vetusta Morla, Delorean, Tulsa, los Punsettes, Ivan Ferreiro, Deluxe… y alejarse de los grupos de radiofórmulas más acostumbrados a alegrar las charangas de los pueblos veraniegos que copar los carteles de los festivales.



Pero una pregunta muy recurrente a la hora de hablar de lo “indie” es; ¿Qué es exactamente indie y que no lo es?

En los inicios, lo “indie” se identificaba con la filosofía “Do It Yourself” (Hazlo tú mismo), es decir, aplicado a la industria musical aquellos grupos que se autoproducían y escapaban de la filosofía y disciplina de las grandes multinacionales y de los estilos musicales imperantes en cada época. Esta filosofía se instaló en España gracias a sellos que surgieron en plena Movida ochentera como DRO, pero nuevamente la crisis ha hecho que pocos sellos de estas características sobrevivan en la actualidad y se vean absorbidos por poderosas “multis”, perdiéndose el carácter “artesano”, pero manteniéndose la particularidad de “lo independiente” respecto a suponer una alternativa al pop más masivo o a lo latino.

Fuera de nuestras fronteras esta última definición también es lo imperante, pero en cambio son muchas las diferencias que se aprecian entre el “indie” español y el extranjero, ¿O acaso se puede comparar a Delafé y las Flores Azules con los Yeah Yeah Yeah!?

El indie anglosajón o norteamericano (porque para que engañarnos… en música cuando se habla de lo extranjero mayoritariamente es para referirnos a EE.UU. y a Inglaterra…)difiere básicamente del español por la elaborada producción… se alejan de lo masivo por el carácter de los grupos para no entrar en el circuito estrictamente comercial, por la promoción más cercana al boca a boca o aprovechándose de los nuevos medios mejor que dejarla en manos de un gigante de la industria y por supuesto por realizar cada corte del disco de principio a fin, sin la necesidad de contratar a compositores de moda o tocar lo que la disquera le imponga desde fuera.. pero dejando fuera estas características, bien podrían formar parte de las radiofórmulas, de hecho muchos son los grupos que han saltado de la escena independiente a los primeros puestos de la listas de ventas como Blur, Suede, M.I.A., The White Stripes…



El indie español no quiere decir que sea menos elaborado, pero si con menos pretensiones para copar los primeros puestos de las listas (por supuesto en ambos casos siempre hay excepciones, puesto que al fin y al cabo en esto de la música o convences de alguna forma, y con ello quiero decir que vendes, o te retiras). El rollo español en esta segunda etapa tira mas por lo cantautor, por la fuerza de las letras y la facilidad para conectar con el público cantándoles en un mismo idioma.
Si en una primera etapa había grupos como Dover (los primeros Dover, no los de ahora que prefiero no entrar a definir…), Deviot, Undrop, Australian Blonde…que tanto en producción como en letras se acercaban a lo que se entiende como indie extranjero (la grandiosidad de las guitarras del Devil Came To Me no se pueden comparar, para bien o para mal, con las pocas pretensiosas del They Don’t Believe de Russian Red), en la actualidad nos acercamos mas a ritmos de cantautor, a experimentación en el estudio, estrictamente lo que es diferenciarse del resto de productos del mercado.

En ambos casos un exceso de complacencia con el producto puede llevar al asqueo… Los indies extranjeros pueden caer en el tan odiado por los nihilistas puristas del indie comercialismo y los españoles en lo excesivamente verborreico… de hecho buena critica hace de ello Raúl Querido, otro indie de la vieja escuela (mezcla de Pegamoides con El Chivi) en su canción Cristina, donde se despacha agusto con Christina Rosevinge (“¿Quién esperó a cumplir 50 años para descubrir a la Velvet Underground? ¿Y quién usó tretas y engaños para hacerse amiga de Sonic Youth?… Christina Rosenvinge es como una esfinge, Christina Rosenvinge canta con la laringe”) aunque aquí si que se echa de menos algo de producción “comercial” para evitar ese horrible sonido que despacha el mozo…

Otra diferencia que cada vez se está haciendo menos notable es la facilidad de romper fronteras que tiene la música indie extranjera y lo dificil en cambio que siempre lo ha tenido la música española.

Un grupo, sea del estilo que sea, que triunfa en EE.UU. tiene las puertas abiertas de medio mundo. De ahí el interés de grupos como Gorillaz por hacerse con este mercado para asaltar las listas del resto del mundo (Damon Albarn no lo consiguió con Blur y conocía la fórmula para sí hacerlo con Gorillaz), y por no decir el interés que tienen festivales como el de Benicassim por hacer cabezas de cartel a los grupos independientes mas rompedores de cada año.

En cambio, un grupo indie español que no consiga conseguir la suficiente relevancia lo tiene muy difícil para romper fronteras… aunque las reglas están cambiando y son muchos los que arriesgan y se echan a la carretera mas allá de los Pirineos… Por lo pronto la cada vez mayor alianza entre mercados latinoamericanos facilita mucho las cosas, pero otros mercados como el, siempre abierto a nuevas propuestas, mercado japonés hace posible que grupos como Le Mans, The Pinker Tones, Tokio Sex Destruction… giren por pequeños locales y ferias con cada vez mayor éxito, al menos entre crítica y público, y rentabilizando el esfuerzo…

En fin, en la música como todo, sobre gustos… Al menos ahora tenemos la posibilidad de apagar la radio y encender el spotify... Os dejo con dos ejemplos:

Delafé y las Flores Azules - Espiritu Santo

Yeah Yeah Yeah! - Gold lion

Y de propina lo que para mi representa el verdadero espíritu indie:
Architecture in Helsinki - Hold Music

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