viernes, 27 de enero de 2012

Sobre Megaupload y la creación artística, II Parte: Sólo lo hago por dinero

El mundo de la música apenas tiene memoria. Cuando un artista comienza a tener éxito siempre se vanagloria de sus inicios "humildes", de cómo comenzó a tocar en salas pequeñas, como se autofinanciaban, cómo repartían las maquetas sin ton ni son entre la gente que amablemente se les acercaba a escucharles pensando que a lo mejor tenían algo que aportar al mundo discográfico...

Dispuestos a tocar gratis con tal de abrirse paso en este salvaje mundo, poco les importaba pensar en un contrato si veían a su público disfrutar de lo que hacían, si llegaba una discográfica pequeña dispuesta a ofrecerle cuatro perras por promocionarles firmaban sin pensarlo dos veces... De ahí lo natural es que salieran discos memorables, con mensajes sinceros que reflejaban una vida por y para la música.



Después vendría la patada a aquellos que les ayudaron a crecer, el salto del barrio a la urbanización rancia, los discos repletos de canciones hechas a la ligeray según el gusto comercial, olvídando sus composiciones por las que les otorgan montañas de dinero, de rodearse del ambiente "perroflaútico" por el que ahora claman al de los, mucho mejor considerado, tiburones y chupasangres de la industria, dejándose la piel por defender a aquellos que se cargan el sentido de la creación cultural por un cheque en blanco, violados en sus papeles de creativos.

Esos mismos "piojos resucitados" nos acusan a nosotros de cargarnos la música. Tarea que ellos mismos han llevado a cabo mucho antes llenando de mierda y miserias algo tan autentico. Nos piden que desembolsemos 20 euros por cualquier cosa, por discos que en su mayoría lo copan canciones de relleno que si suenan potables son gracias a una producción ajenas a ellos... Los discos auténticos no piden que los compres.



Soy, con mayor o menor talento, periodista. Escribo a diario, a veces cosas que se leen, otras que no, otras que publico y otras que simplemente me guardo para mí. ¿Cómo voy a pretender cobrar por abrirme a un público? ¿No es esa cualquier otro tipo de práctica de prostitución? Esto de escribir lo hago porque creo en mi profesión, la misma que han corrompido por otra parte, esperando que trabajemos a veces gratis y con algo de fortuna por limosna, pero ni yo ni ninguno de mis compañeros de profesión (si es que podemos llamar profesión a algo que te hace malvivir) que conozco harían con desgana un texto por el simple hecho de no estar bien remunerado.

El que es artista por méritos propios, si cree en lo que hace no necesita de los dos euros que cobra por disco vendido (que de la proporción de beneficios salvaje a la que se someten no oigo quejas, será por eso de no morder la mano que te da de comer... pero creo que se confunden de mano), de alguna u otra forma, en mayores o menores circuitos, ve satisfecha sus necesidades...



No nos deben culpar de cargarnos una industria marchita por la ambición de otros, no nos deben culpar por querer disfrutar de más y más música. Yo pago, pago por una entrada a un concierto de aquel grupo que me ha dejado escucharlo sin pedirme nada a cambio, pago por encender el ordenador y buscar en youtube un buen videoclip, pago por encender la tele y buscar a la desesperada un oasis de buena música... ¿Quienes son los que no pagan? Los que recortan en cultura, los gigantes como google, facebook y las discográficas, los que prefieren llenar la televisión de gritos y no apuestan por la música más que por realities donde nada es auténtico... ¿Quieres que pague más? Lo haría si no fuera destinado a la grifería de diseño de tu mansión de Miami, para eso pídele presupuesto a los de Sony, Universal etc.

domingo, 22 de enero de 2012

Sobre Megaupload y la creación artística, I parte: Curso gratuito de gestión empresarial

Como intento de periolistillo que soy, lo primero que debería hacer es procurar mantener cierto grado de objetividad, pero como siempre me he mostrado con la firme convicción de que la objetividad periodística es un invento de las universidades por intentar hacernos mejores personas, y que por tanto no existe, ni me voy a preocupar en defender mínimamente las posturas a favor del cierre de las páginas de descargas.

Llevado al terreno musical que es el que me incumbe, no pocas han sido las voces en defensa de la plataforma de descargas. Alicia Keys, Snoop Dogg, Puff Daddy, Jamie Foxx y otros artistas "con caracter" no reniegan de que sus obras se difundan entre sus seguidores, es decir, no ven amenazada su labor creativa por que se pague menos o no se pague cada vez que alguien escucha sus discos, ¿Por qué? Porque el modelo ha cambiado.

La industria discográfica sigue empecinada en volver a aquellos días de vino y rosas donde las grandes majors (Universal, Sony Music, EMI, Virgin...) se repartían todo el pastel y el champán no paraba de fluir entre los despachos. No quiere ver el gran cambio social de los últimos años y, como aquel niño rico mimado al que sus padres todo se lo han dado hecho mediante la explotación de otros, van corriendo lloriqueando en busca de injusta comprensión, en este caso a las autoridades.

El hundimiento de la industria musical no es por culpa del pirateo, ni siquiera por el plan abusivo de vender discos a 20 euros, sino por la torpeza empresarial de sus mandatarios. Cuando los mercados cambian, toda industria debe amoldarse a estos cambios, es una ley de primero de empresariales, no ninguna premisa magistral digna de un doctorado.

Es por ello por lo que cuando surgieron las herramientas Peer to Peer, deberían haber visto en ello una oportunidad de promoción más que una amenaza, puesto que la voluntad de millones difícilmente se puede doblegar a menos que se usen poderes dictatoriales (como los del FBI). ¿Soy un gurú de las finanzas acaso? Ni mucho menos, suerte tengo de atinar con el cambio en una simple compra del Mercadona.

Lo que yo sugiero, más allá de la obvia realidad de que si me bajo un disco que probablemente no compraría, mayor promoción tendrá el artista y mayores probabilidades de que pague por verlo actuar (ya sea en un concierto directamente, o televisivamente, mediante entrevistas, en publicaciones etc indirectamente) es un modelo que ya existe, el de cambiar el modo de gestión discográfico.

¿Por qué mientras las clásicas disqueras entran en números rojos y se deshacen de artistas que dejan de ser rentables en la venta de discos como U2 o Madonna, otras pagan contratos de 100 millones de euros por hacerse con los servicios de estos? Si, esta cantidad desorbitada y que en su día un "genio" de la Virgin llegó a desembolsar por Janet Jackson o por Mariah Carey (antes por supuesto de que decayeran sus carreras y metieran en serios problemas al sello, que tuvo que desembolsar otra no desdeñable cantidad para deshacerse de ellas), es la que paga actualmente una discográfica por hacerse con los servicios de históricos de la música.



Esta discográfica no es otra que Live Nation. ¿Por qué está en condiciones de competir en un mercado totalmente marchito? Porque no centra sus, por otra parte colosales, ansias de poder en hacer dinero exclusivamente de sacar al consumidor los 20 euros de marras por discos que, en muchas ocasiones, se componen de mero relleno para excusar giras. Y ahí está la clave, en las giras. Si del CD no se obtiene el zumo, exprimamos los tours y el merchandising introduciéndolo en el mismo paquete.

¿Que se puede obtener de un dinosaurio de la música como los Rolling Stone actualmente? Seguramente un buen disco es probable que no. En cambio, cada gira que realizan mueven en torno a los 500 millones de euros, cada aparición pública se cotiza al alza y la imagen de Jagger y Richard no pierden popularidad pese al alto grado de hedor a geriátrico que desprenden.

Esta reflexión la hizo la empresa estadounidense que nos ocupa. Por ello decidió pagar jugosas cantidades a artistas consagrados (lo que se llama inversión segura) a cambio de que estos cedan gran parte de los derechos de explotación de su imagen (giras, presentaciones públicas, productos promocionales...) y manteniendo sin embargo los derechos de autor el propio cantante (o autor, que por desgracia raramente coincide). Trabajador contento, empresario contento y, por último, consumidor contento, que no desembolsará euro alguno por un CD pero por otra parte paga religiosamente 60 euros por una entrada (entono el mea culpa).

A Live Nation por tanto, le importa bien poco que el último disco de Coldplay no llegue a los cuatro millones de copias vendidas mundialmente (y es de los que mejores ventas tiene actualmente, sólo superados por Adele), ya que una gira de estos reune a, de media, unos cinco millones de espectadores que desembolsan el triple de lo que pagan o pagarían por el disco. Así se cuadran las cuentas que no le salen a Virgin, Universal y compañía y que, sin embargo, estas ni se inmutan, sólo lloran.

Los de Live Nation no son los salvadores de la música ni mucho menos, ni unos santos altruistas, pero sin embargo sí son los más listos del lugar (musical) y los que más han sabido adaptarse al endiablado fluir capitalista. Si glorificamos a un magnate (en el peor sentido de la palabra) como Steve Jobs por ello, ¿Por qué no hacer lo mismo con esta empresa?

domingo, 25 de diciembre de 2011

Indie de alcoba

Si hay un término discutido en el mundo de la música, ese es el término "Indie" (y si no, para eso estoy yo, que ya le habré dedicado como diez entradas....). ¿Que es un indie? ¿Qué le gusta a un indie? ¿Es el hipster el más indie o precisamente un buen indie debe rehuir del hipster?

Después de este empacho introductorio, decir por si sirve de bendición o condena, que me encanta la música indie, pero que no tengo ni puñetera idea de qué referentes usar cuando me preguntan que grupos de este tipo me gustan...

Hace tan sólo unos años lo hubiese tenido bien claro. Remontándome no más que en torno al 2005 con contestar The Killers, Kaiser Chiefts, Arctic Monkeys y Arcade Fire me bastaba. Pero ahora resulta que no, que esa gente con el chandalismo ilustrado por filosofía, en una nueva búsqueda de la cuadratura del círculo me tacharían de comercial.

Resulta que en 2011 la joya de la corona de la música independiente (que ya sabemos de sobra que tan independiente no es...) en España, el FIB, incluye a Julieta Venegas en el cartel y se convierte en un escándalo (lo puedo llegar a entender, aunque según la leyenda, no hay algo más indie en España que Raphael y ya sabemos de qué palo va su música...), pero para 2012, el "escándalo" es que el Primavera Sound (que si el FIB es la joya de la corona, el Primavera es el metal con la que se hizo) ha incluido a unos asiduos cabeza de cartel del festival castellonense, como lo son Franz Ferdinand, entre sus estrellas, y los comesushis más férreos se han llevado las manos a la cabeza...



A mi esto ya se me escapa de la razón.... Entonces a ver que me entere: Los británicos son lo suficientemente indies para ir al Benìcassim, pero no lo demasiado para ir al Primavera, en compensación tienen el permiso para ir al Rock In Rio pero ni hablar del Sônar... Sin embargo Björk tiene permiso para ir a donde le salga de la sesera, a los cuatro festivales mencionados o incluso a Eurovisión, porque eso ya sería lo más de lo más.

Llegado a este punto ni idea entonces de lo que es indie... Me voy convirtiendo en esos carcas a los que uno señala con el dedo y se ríe cuando al hablar de música rock indican a Miguel Ríos como referencia. Aunque debo reconocer que mucha culpa de que estos gafapastas al cuadrado nos cataloguen de "outsiders", la tenemos aquellos que alzamos al Olimpo a grupos como los Strokes que, tras dos discos sublimes, después no han sido capaces más que vivir de las rentas de sus primeras composiciones, sin ofrecer algo nuevo siquiera digno de catalogarse como "decente".

Me rindo. La próxima vez que me pregunten por mis referentes indies responderé que Bunbury, que con la carica de perrito pachón con la que sale en la portada de enero de la RollingStone me ha conquistado para siempre....

viernes, 11 de noviembre de 2011

La prensa musical definitivamente está ciega

Estos meses teníamos auténtica carnaza de primera para copar portadas de publicaciones musicales al más puro estilo de como hacía antaño la prestigiosa NME... sensacionalismo del bueno, del que revitaliza la industria.... y nada, el show business se sigue perdiendo entre un público quinceañero postmenstrual (incluidos también los chicos...) y una era en la que, en venganza de la radio, el reality killed a la video star.

Hay que ser muy purista y muy refinado (es decir, un pedante), para negar el tandem música + entretenimiento. A saber: ¿No es el mejor David Bowie una caricatura de si mismo? A pesar de ser a día de hoy una rancia cincuentona con una admirable capacidad para abrirse de piernas incluso Madonna era divertida... y hasta hace bien poco (descanse en paz... o como ella hubiese querido... que no descanse nunca) hasta las andanzas de Amy Winehouse estaban a la altura de sus grandilocuentes toques soul y de su entrañable moño... Hasta llegamos a lecturas de abuelos del rock 'nd roll más puro que se esnifan las cenizas de sus padres...

Tuvo que venir una friki con buen gusto para reutilizar estilos ajenos y un niñato castratti para que la decadencia de la MTV llegue al nivel de poner de presentadora de sus, en otros tiempos, referenciales entregas de premios a una chica disney...

¿Que a que me refería con la "carnaza", en el buen sentido del término", de la que podemos disponer hoy día? Los otrora genios de los medios Oasis, los hermanos Gallagher, tras su sonada separación, por fin comparten discos independientes el uno del otro en el mismo stand de las tiendas de discos, (o publicitados por igual en las web de descargas para ser más realistas) pudiéndose sacar de ello un "cara a cara" musical, más a tener en cuenta cuando los discos, uno más rockero y otro más pausado (adivinad cual es cual), siguen por los mismos derroteros.



En otros tiempos, la prensa británica que puso al servicio sus portadas a iconos como Pete Doherty y Kate Moss, (la modelo con mayor personalidad que ha pisado las pasarelas) hubiese sacado oro de las comparativas entre los nuevos grupos de los hermanos hoolligans, hubiesen vuelto primeras planas (al menos en espíritu) tan históricas como la que relató lo acontecido en el Knebworth o la célebre "pelea" entre el Country House de Blur y el Roll With It de Oasis...

¿Que ha pasado entonces para que la prensa pierda esta oportunidad? Ojalá fuera una actitud de no hacer leña del arbol caido, pero no, lo que ha pasado que tanto Noel como Liam se han centrado en seguir haciendo lo que mejor saben hacer, música... y en este mundillo ahora mismo eso es lo que menos importa, ¿O a alguien le importa lo "tracendental" de la musica de la Lady Radio?

lunes, 15 de agosto de 2011

Cuando la electrónica se envuelve en terciopelo

En 2011 se cumplen 20 años de la explosión del segundo de los fenómenos que pondrían a Inglaterra nuevamente en el epicentro de la música mundial. Si ya por el 91 el brit pop se encontraba en estado embrionario con el Animal Nitrate de Suede o con las primeras líneas del Leisure de Blur, algo más oscuro y creativo se gestaba desde los puertos de Bristol pero nuevamente dentro del underground tan de moda entre lo british a principios de década (y que tan buenos resultados les dio).

1991 es la fecha en la que se puso la piedra fundacional del fenómeno Trip Hop, una mezcla de electrónica y sonidos afros, sampleados y algo del hip hop que le da el apellido pero cuya mezcla final no se desprende nada ni de lo industrial ni de la pureza del Bronx.

1991 es la fecha en definitiva del Unfinished Sympathy de Massive Attack. La canción que introdujo lo vocal en las raves, la que metió de estraperlo los bafles de cancha de baloncesto urbana en el Ibiza más pastillero, pero sin raciones de "mitsubishis" ni de cadenas doradas de MCs, todo mucho más cuidado y desprendido de clichés.



Esta revolución de las pistas vino bien precedida por los excesivos años ochentas. Tanto empacho de sintetizador, de purpurina, de droga de lavabo pedía a gritos un poco de calma sin perder el ritmo. Para la gente normal el Pachá no es cosa de diario y se necesitaba algo con lo que disfrutar de una terraza, ya sea la que da a una copa de mojito o con vistas a un callejón cualquiera de barrio mientras pasas la resaca del sábado noche cigarrillo en mano.

Los noventa se abrian paso y el Trip Hop no iba a ser menos, hasta el punto que justo a mediados de la década fue cuando alcalzó su máximo esplendor de la mano de grupos que recogieron de manera sobresaliente el legado que Massive Attack comenzó a crear cuatro años antes. Portishead, Tricky, Everything But The Girl, Faithless, Morcheeba... seguían el instinto de lo "alternativo" y con este principio como base se postularon como la segunda opción frente al gigantismo de Blur, Oasis y compañia.

Estos sonidos quizás no hubiesen sido posible o no hubiesen tenido la misma repercusión si no hubiesen crecido en los noventa. Década en la que la depresión se refugiaba en la música, en la que los excesos daban lugar a grandes resacas. Es la década del grunge, del sonido ibicenco, de 'Trainspotting', de la diversión callejera.

¿Que queda de todo este legado? Pues eso mismo, reminiscencias. Si bien es verdad que el esplendor murió llegado el 2000 nos queda una gran influencia de este sonido en la democratización de las pistas de baile, en todos aquellos grupos que ofrecen una alternativa entremedio del dance chicle veraniego y el drum & bass ensordecedor, además de unos grupos que siguen en activo administrándose de manera sobresaliente (como es el caso del Third de Portishead, que se estuvo cociendo durante más de 10 años).

Curso intensivo de Trip Hop para todos los públicos

Fuera de pista:
Massive Attack - Unfinished Sympathy
Portishead - Glory Box
Air - Playground Love
Everything But The Girls - Missing
Hooverphonics - Eden
Morcheeba - The Sea
The Source Feat. Candi Staton - You've got the love

Dentro de pista:
Moloko - Sing It Back (live)
Tricky - Evolution Revolution Love
Röyksopp - So Easy
Faithless - Insomnia

lunes, 25 de julio de 2011

La democracia llega a las listas de ventas

Lo que pretende ser el barómetro sociológico en lo que a música española se refiere, la lista de Promusicae, ha dado un golpe de estado en el último mes al igual que se diera en las votaciones municipales. La diferencia es que mientras en la España bipartidista sigue sin haber sorpresas, en lo musical de vez en cuando a los "desencantados" se nos da ciertas alegrías.

Si de por sí la tendencia en el último mes ha sido dar un respiro a la saturación poppie cañí o de cantautores pseudopoetas con más aires al "flamenkito de triunfito" que a Serrat, dejando entrar a grupos de carretera y autofinanciación (aunque después acaben engrosando las listas de las "multis"), la "sorpresa" la ha dado el nuevo trabajo de los de Robe Iniesta.

Lo último de Extremoduro, Material Defectuoso, ha conseguido despachar las copias suficientes como para alzarse en el número uno de lo más vendido en el pasado mes de junio en nuestro país, desbancando al marketing de a bombo y platillo de Lady Gaga o a las viejas glorias de la España de carracas Camela. Antes puse entrecomillado "sorpresa" ya que poco, fuera aparte de desplazar a la reina del filete, tiene de sorprendente, a saber: el mercado de ventas físicas español es lo suficiente marchito como para que un lanzamiento de un grupo consolidado colme los primeros puestos, Extremoduro posee un potente grupo de fieles y es referencia histórica del rock en este país y por último, aunque despojado de marketing, se trataba de un lanzamiento esperado desde hace más de tres años.

Y es que los de la "tierra de conquistadores" gusta a un gran espectro de población y nadie se avergüenza de asumirlo. Tal es así que tan variopintos artistas como Melendi, Bebe, Lichis, Estopa... lo nombran como referente o de culto. Bueno, variopintos... no del todo, podemos ver en los nombrados que entre lo que más gusta es en lo "estropajoso light", lo canallesco que viste de Desigual, los que igual van a un concierto de Def con Dos que esperan a lo nuevo de Coldplay... Y ahí reside parte de la grandeza de este grupo, como un tatuaje que te recuerda quien eres, Extremoduro es capaz de llevarte a lo más salvaje de la vida sin perder tu puesto de trabajo, metiéndote la vida en vena aunque sea mediante los auriculares de un Ipod.

La sorpresa se magnifica cuando, tal como se puede comprobar en rollingstone.es, lo nuevo de los padres de Jesucristo García supera a históricos de las listas como Beyonce o los desorientados Black Eyed Peas (se habló mucho de Dover pero lo que este grupo ha hecho con su música, basándola completamente en sonidos de la vieja Ibiza del 93...), incluso Manel con su música sencilla y poco pretenciosa se ha abierto paso ante los gigantes norteamericanos y los herederos de los triunfitos españoles.

Quizás no sea momento para mirar las listas, aunque como en las electorales, se haya colado algo de representación popular y no industrial, y aunque los cambios sean pequeños, se hacen notar (que se lo digan a los de la SGAE)

domingo, 1 de mayo de 2011

La música clásica ya no tiene cabida (en las aulas)

Como buen periolistillo pues de vez en cuando gusta de hacer las entradas-protesta, ese tipo de entradas totalmente vacías de todo contenido útil pero que las dejas puestas por poder llegar algún día a decir... yo ya lo dije en su momento.

Por el título, uno se puede hacer una idea de mi reivindicación... pues no. Es que no es una reivindicación, es una afirmación, ahí, a lo bruto. Igual que afirmé en su día, hablando del chandalismo ilustrado, que no hacía falta hablar de los Beatles como el summun de la música porque varios entendiillos se hayan puesto de acuerdo en tomarlo como afirmación máxima, tampoco creo que actualmente sea necesario que todo estudio musical en las escuelas se base en piezas barrocas de rancio abolengo.

Igual que desde que se adoptó el sistema métrico no se habla de medidas como los galones o ya no se estudia la lista de los reyes godos, el mismo revisionismo se tendría que haber dado con la música.



Claro que ni se debe obviar la existencia de Beethoven, ni adoctrinar a la gente en como crear tendencia a lo Madonna, pero la cantidad de relleno que obviamos que hay en ese sistema educativo llamado ESO, daría para rellenar el tetamen de toda la lista de los 40 principales.

¿Que sentido tiene aprender a tocar torpemente la flauta dulce? ¿O analizar la composición del pentagrama de una canción popular judía? (que no es ironía, que yo lo tuve que hacer... y cantarla marcando los tiempos con el brazo... eso si que es bullying y no lo de ahora). Claro que la educación musical es importante, igual que lo es latín por muy chorra que parezca (que me lo digan a mí cuando, después de tanto despotricar esa asignatura, me enteré que la base de la gramática alemana se sostiene en declinaciones latinas, toma apunte cultureta), pero, o se hace bien o déjalo y dedica esa hora a instruir al alumnado a como abrir litronas con el canto de un banco, que creedme que sería de más utilidad (yo a día de hoy sigo siendo incapaz).

¿Es que no es más útil saber apreciar y comprender algo de nuestra actualidad o de hace unas décadas, a algo que correspondía a la burguesía elitista del siglo XVIII? ¿No resulta de mayor cultura general saber que es el sonido Madchester, que ocurrió en Woodstock o que se cocía en Seattle a principios de los 90?

Esto no es una reflexión sobre una visión utópica mía, que me libren de ser yo el que reformara el sistema educacional que a saber que es peor. Todo esto viene de un artículo de la RollingStone sobre por qué en Suecia no existe o no se ve acuciada la crisis "apocalíptica" de la industria musical, artículo que nuestra querida ministra de cultura debería leer de forma obligada más que cualquier otro informe venido de sus amiguitos de, bueno, ya sabemos de quienes es amiga esta señora y de quienes no.



El artículo en cuestión habla de que esa ausencia de crisis respecto a lo musical viene, a parte de otros factores como el económico o el climático, de la exquisita educación que reciben en esta materia desde bien pequeños, y es que ¿Quien no se aplicaría más en los estudios si el examen final fueras interpretar canciones de Nirvana o en el temario encajara entregas de trabajos sobre heavy metal?

Aquí, más preocupados por recaudar y por crear ganado inculto al que domar o mandar al extranjero en caso de fallo del sistema, costará vernos al nivel de un país en el que vivir de la música no es algo arriesgado ni algo para lo que tengas que llorar y mamar más de la cuenta, y para muestra un botón: Suecia es el tercer país exportador de música, y no de cds precisamente, sino de bandas de tan diversa forma de hacer música como The Knifes, The Caesars, Cardigans, Roxette, Fever Ray, Mando Diao, The Hives, The Sounds, Ace of Base, Robyn, Moneybrother, Soundtrack of Our Lives... todas ellas apoyadas por ayuntamientos y casas de la juventud y no por potentes disqueras chupasangres... y por si todas estas bandas y otras tantas (que haberlas las habrá pero que yo ya sinceramente no conozco) no fuera poco para ver la riqueza con la que tratan a la música en Suecia, sólo terminar con que de allí viene el Spotify.